Echaré de menos
las esperas
bajo tu puerta
y esas lámparas
del escaparate que hay
frente a tu casa.
Echaré de menos
tus ojos
mientras sorbemos sopa
y permanecemos callados
como estatuas.
Echaré de menos
ese abrazo
antes de ir a dormir
y aquellos besos que tú desechabas.
Echaré de menos
nuestro puerto
esperando que algún día
el océano
te traiga otra vez
de vuelta.