¿Existe la inequidad del viento?
Hay fraguas que se tornan manso arroyo,
recesos en los meandros del camino,
cenizas que un día fueron ríos de lava,
devastadoras lenguas de fuego y besos
que arrasaron arbóreos paisajes de guirnaldas.
Más allá del poema,
hay una vida que duele,
un despertar de niño atolondrado,
un amor que se esfuma
o quizá que se despereza.
Todo tras el andrajoso telón del olvido,
tránsito de la memoria
que pretende aplacar el pasado
para evitar alguna herida venidera.