Cierto,
completamente cierto,
que más allá de la espesa neblina
que ocultaba el horizonte,
que por entre el tupido manto de frondoso
follaje,
que dejando atrás el invierno que
frías mantuvo las ardientes ascuas de nuestra última batalla,
la primavera emerge bajo tu
entretejida silueta de sirena.
Y son mis ojos, los que cansados
de ver espejismos,
reverdecen ante la inmensidad de
tu desnudez.
Y es mi corazón, el que anheloso
por latir de nuevo,
palpita en cada suspiro de tu
alma.
Y son mis manos, las que deseosas
de caricias,
buscan entre tus pechos la mas
verdadera de las libertades.
Y serán nuestros cuerpos, entretejidos,
los que ya no vislumbrarán mas certeza
que la que emana de tan jubiloso
estallido de cuerda locura.
Reverdecen el mio tambien, frente a su poesia..
ResponderEliminar