Como siempre,
la gran bola de piedra
vuelve a caer colina abajo.
Volver a recogerla
Para verla de nuevo caer
colina abajo.
Una y otra vez.
Como siempre.
Como Sísifo.
Como siempre.
“Muevan su cuerpo levemente hacia adelante para apoyar la guitarra contra su pecho, la poesía de la música debe resonar en su corazón.” (Andrés Segovia) "Escribir es defender la soledad en que se está." (María Zambrano)
jueves, 21 de noviembre de 2013
lunes, 4 de noviembre de 2013
Fuga y contrapunto
Lento moderato a ritmo binario y la
armonía comienza a fluir en una natural superposición de acordes: Do mayor, Sol
séptima, Re menor. Las pieles comienzan a erizarse.
Tras cuatro compases preliminares,
los bajos empiezan a envolver el ambiente con su majestuosa gravedad, guiando la composición hacia un
universo de colores y tonalidades infinitos.
Poco a poco, amalgamas de notas se despliegan
de manera insolente sobre todas y cada una de las triadas. Un sinfín de escalas,
dóricas, jónicas y frigias, juguetean en el vientre de la mismísima Euterpe,
haciéndola sucumbir a los encantos de sus sostenidos y bemoles que, sigilosamente,
van recorriendo sin pudor los más recónditos rincones de la partitura.
Armonía y melodía se entrelazan en
abrazos eternos y besos a varias voces.
Compases que avanzan
impetuosamente y tempo que va acelerándose. Las fusas remplazan ahora a las
corcheas, de mucho más lento caminar, y las pulsaciones comienzan a sincoparse.
Crescendo de gemidos, caricias y
sensualidades etéreas, inundan las líneas del pentagrama por las que transitan
vertiginosos ligados de semifusas, junto a progresiones de acordes invertidos y
de tensiones imposibles. Cromatismos y
atonalidades, acompañan el estrepitoso movimiento de cada figura.
Picados, arpegios y trémolos extasiados
van apelmazándose sin control al final de cada compás. Y de pronto. Silencio de
negra. Calderón sobre blanca. Coda.
Ahora, abatidos, yacen los cuerpos
exhaustos, al tiempo que la melodía continúa fluyendo con sus dulces armónicos
a través de pelos ralos, empapados de sudor y de placeres colmados.
De nuevo, la música, volvió a
culminar con éxito su labor.
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