viernes, 23 de marzo de 2018

No hay gesta en un corazón amarrado
a la profunda pátina del silencio.

Como olas que golpean sordas
los pilares ocultos del tiempo,
así se asesta el golpe frío
de un grito ajeno que revienta.

¡Despierta!
¡Despierta y azuza la hoguera
que ha de quemar tu vientre seco!

Que yo correré libre entre las corrientes,
abrazaré alegre los ensanchados pechos
y lloraré insomne bajo el sol ilustre
resucitando en salientes hordas
de encendido viento.

Sólo.

Tan solo para admirar
tu sonrisa eterna.

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