La llama pelea
empeñada en sumergirse
bajo la mar.
Aún conservo la llave
del cobertizo donde se esconde la locura,
pero no me quedan fuerzas
para seguir llenando esta fuente
que sólo emana lágrimas.
Ya no quiero luces de artificio
ni hogueras al borde de una cuneta
donde arde sin remedio la tristeza.
Ahora descanso
esperando que una melodía libere mi alma
de toda esta maleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario