A Sâmara
Puede que el Volga
no bañe tus pies
a su paso
y quizá el océano
no bese con sus olas
tus islas,
pero ayer
te vi encaramada
al fruto de aquel arce,
sabiendo que el solo aleteo de tu risa
conseguiría apartar las aguas
del ancho mar que nos separa.
conseguiría apartar las aguas
del ancho mar que nos separa.
Fuiste capaz,
sin saberlo,
de recoger este pecho ahogado
que andaba perdido en un cenagal de
miedos,
amores confundidos
y olvido
y las mañanas, volvieron a abrirse lúcidas
con esta luz que ilumina
todos los rincones de mi casa.
sin saberlo,
de recoger este pecho ahogado
que andaba perdido en un cenagal de
miedos,
amores confundidos
y olvido
y las mañanas, volvieron a abrirse lúcidas
con esta luz que ilumina
todos los rincones de mi casa.
Deja que mis manos
recorran tu alma
para poder escuchar
la música
que se esconde tras sus murallas.
recorran tu alma
para poder escuchar
la música
que se esconde tras sus murallas.
Olvidémonos ahora de imaginar
y pensemos
que ya se vislumbra el día
en el que mis dedos,
quedarán encerrados
eternamente
en las profundas cavernas
de tu sonrisa.
y pensemos
que ya se vislumbra el día
en el que mis dedos,
quedarán encerrados
eternamente
en las profundas cavernas
de tu sonrisa.
Mientras,
tus acentos sublimes
seguirán clavando dagas
en lo más hondo de mis
entrañas.
tus acentos sublimes
seguirán clavando dagas
en lo más hondo de mis
entrañas.