Afuera resuenan
los gritos de la marabunta,
aullidos de un tumulto
descabezado, que sin rumbo
desoye los cantos de la Belleza.
Y tras mi piel,
el silencio inunda
los rincones oscuros de este Aleph.
¡Suena, Silencio,
suena!
que ya no hay ruido
que atrone
tanto rebaño.
“Muevan su cuerpo levemente hacia adelante para apoyar la guitarra contra su pecho, la poesía de la música debe resonar en su corazón.” (Andrés Segovia) "Escribir es defender la soledad en que se está." (María Zambrano)
domingo, 17 de abril de 2016
martes, 12 de abril de 2016
Otra vez
buscando un pilar
que sostenga
el edificio
que a punto estuvo
de derrumbarse.
Un asta
donde izar orgullosa
la bandera
que sucumbió a todas
mis batallas.
Perdí la brújula
en aquel monte perdido
donde aún resuenan con fuerza
las voces que me gritan:
¡Idiota!, ¡Siempre serás un idiota!
Y aunque de nuevo
las lágrimas
quemen el interior
de mi consuelo,
sé que dentro de mí
está la pieza que completará
por fin este interminable
puzzle.
buscando un pilar
que sostenga
el edificio
que a punto estuvo
de derrumbarse.
Un asta
donde izar orgullosa
la bandera
que sucumbió a todas
mis batallas.
Perdí la brújula
en aquel monte perdido
donde aún resuenan con fuerza
las voces que me gritan:
¡Idiota!, ¡Siempre serás un idiota!
Y aunque de nuevo
las lágrimas
quemen el interior
de mi consuelo,
sé que dentro de mí
está la pieza que completará
por fin este interminable
puzzle.
viernes, 1 de abril de 2016
Alegría interior (José Hierro)
En mí la siento aunque se esconde. Moja
mis oscuros caminos interiores.
Quién sabe cuántos mágicos rumores
sobre el sombrío corazón deshoja.
A veces alza en mí su luna roja
o me reclina sobre extrañas flores.
Dicen que ha muerto, que de sus verdores
el árbol de mi vida se despoja.
Sé que no ha muerto, porque vivo. Tomo,
en el oculto reino en que se esconde,
la espiga de su mano verdadera.
Dirán que he muerto, y yo no muero.¿Cómo
podría ser así, decidme, dónde
podría ella reinar si yo muriera?
De "Alegría" 1947
mis oscuros caminos interiores.
Quién sabe cuántos mágicos rumores
sobre el sombrío corazón deshoja.
A veces alza en mí su luna roja
o me reclina sobre extrañas flores.
Dicen que ha muerto, que de sus verdores
el árbol de mi vida se despoja.
Sé que no ha muerto, porque vivo. Tomo,
en el oculto reino en que se esconde,
la espiga de su mano verdadera.
Dirán que he muerto, y yo no muero.¿Cómo
podría ser así, decidme, dónde
podría ella reinar si yo muriera?
De "Alegría" 1947
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