El quejido
que brota bajo mi
hombro,
murió.
De nuevo
el corazón late
y despierta
desde una
olvidada cumbre
donde oscureció al batir
de un nuevo mediodía.
Lloró bajo mi almohada
ante la luz
que ahora,
vuelve a retornar
ausencias.
Y se vistió
siendo Mar,
colmado por completo
de locura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario