miércoles, 13 de noviembre de 2019

Entierra la llama
que arde sin nombre.

Vengan a mí las águilas
que han de inundar tu boca.

Despréndete de la inmunda
sangre sin delirio.

Acoge mi vientre en tu risa
y hazla resucitar en la niebla.

Muera quemado el llanto
cuando aún haya lugar
para tu brisa.

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