jueves, 24 de octubre de 2013

Jaque Mate

Difícil coyuntura en la que me encuentro, mi rey ha quedado visiblemente desprotegido y poco a poco se ha ido minando toda una defensa que minuciosamente me había encargado de ir construyendo durante el transcurso de la partida.

Primero cayeron los peones de rigor, más tarde un alfil, torpemente movido por mi parte, sucumbió a uno de sus caballos inteligentemente apostado detrás de su primera línea defensiva. Sin solución de continuidad les fueron siguiendo caballos, torres y la reina. Ni siquiera el enroque que obligaba la situación, consiguió mitigar los cuantiosos daños que ya empezaban a ser alarmantes. Todas las piezas apartadas del tablero gracias a sus movimientos rápidos y precisos.

Pero ha sido la pérdida de mi último alfil, y penúltimo de mis bastiones, la que me ha colocado en esta comprometida situación. Rey y peón solos ante un ejército de caballos, torres y alfiles completamente intactos y dispuestos a doblegarse para defender a su impertérrito rey.

Aunque ahora sé que su defensa no es inexpugnable, y en mis circunstancias, no me queda más remedio que comenzar el ataque.

Mi estrategia:

-          ¡Te amo!
Ya veo mi peón introduciéndose sigilosamente, casilla a casilla por su flanco débil, mientras mi rey ve camino libre por el contrario.
-          ¿Cómo dices?

Ella se había descuidado demasiado, confiando en culminar cuanto antes mi derrota, pero en un par de sutiles movimientos, mis irreductibles piezas han conseguido, inesperadamente, acorralarla.

Por fin te tengo entre mis brazos.

Por fin consigo besarte.

Jaque Mate.


jueves, 17 de octubre de 2013

A lomos de tus cabellos

La vida se derrama a chorros
por entre mis encalladas manos.

Pero me planto en mitad del sendero
sin dubitativas miradas,
enarbolando como bandera tu boca
y llenando mis alforjas de tus curativos besos.

Dejando en el olvido innumerables paisajes
que al recordar
van quemando las orillas del alma.

Convencido de que jamás
volveré a transitar por aquellos caminos,
infestados de maleza y lodazales
hechos de desengaño y hastío.

Al volver a divisarlos,
a lomos de tus cabellos,
con paso firme me vuelvo
y retomando mi camino,
empiezo a comprender
que atrás quedarán
viejos delirios,

y que nuevas andanzas
traerán aire limpio
a mis pulmones podridos.

A lomos de tus cabellos.


domingo, 6 de octubre de 2013

Viajes

A poco de terminar el viaje,
exhausto tras haber dejado atrás
tan largo recorrido,
reconforta pensar que
nada más que tus besos
serán capaces de
terminar de saciar mi maltrecha alma.

Inevitablemente,
otros caminos
esperarán ser visitados.

Mientras tanto,
mis pies deseosos de zapatos gastados
y mis ojos ávidos por reclutar belleza,
descansarán al regazo
de tus milagrosos labios.

Y mi boca,
evitando ser grieta entre manantíos,
buscará humedecerse
bajo la eterna fuente
que emana de entre los jugos de tu vientre.