domingo, 6 de octubre de 2013

Viajes

A poco de terminar el viaje,
exhausto tras haber dejado atrás
tan largo recorrido,
reconforta pensar que
nada más que tus besos
serán capaces de
terminar de saciar mi maltrecha alma.

Inevitablemente,
otros caminos
esperarán ser visitados.

Mientras tanto,
mis pies deseosos de zapatos gastados
y mis ojos ávidos por reclutar belleza,
descansarán al regazo
de tus milagrosos labios.

Y mi boca,
evitando ser grieta entre manantíos,
buscará humedecerse
bajo la eterna fuente
que emana de entre los jugos de tu vientre.

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