Hoy,
volví a sentir el aire
alborotando alegre
mis encrespados cabellos.
Hoy,
nada impidió
que una pícara sonrisa
recorriera mi agotado rostro
demacrado por tanto desvelo.
Hoy,
volví a vestir aquellas ropas
que antaño cubrieron
mi desnudo cuerpo
y que,
de nuevo,
hicieron sentirme
hermoso,
como siempre lo fui,
como nunca he conseguido serlo.
Hoy,
la Música
estremeció mi alma
y sus lágrimas
volvieron a recorrer
impunes
mis mejillas
calándome
hasta los huesos.
Y todo eso hoy,
a pesar de que
no conseguí escuchar
tu risa,
a pesar de que
tu pecho no se agarró
fuertemente
a mi brazo izquierdo,
a pesar de que
tus labios
no besaron mi desolado cuello,
a pesar de haberme
dado cuenta
de que en tus abrazos
no tiene cabida
mi desconsuelo.
Hoy,
volví al vientre de mi madre
y fue ella la que me dio a luz,
nuevamente,
libre,
bello,
fuerte,
feliz,
sereno.
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