Mirándote sin verme,
agazapado tras oscuras columnas
donde admirar la enormidad
de tu pétrea belleza.
Sin que te des cuenta,
sigilosamente.
Descubriendo los secretos
de griegas deidades,
en el intrincado puzzle
de esos enredados cabellos.
De vez en cuando,
tu risa,
y tus alambrados ojos
que de improviso,
se fijan callados
en la soledad de mis labios,
que dejarán de ser míos
para acabar siendo tuyos.
Y ahora,
¡basta ya de odiosa música!
tan sólo
necesito sentir el susurro de tu voz
sobre la palma de mi mano.
Q lindo Fer! mui enamorado! me encanta! besos, cuidate
ResponderEliminar