miércoles, 27 de enero de 2016

No soy peligroso,
¿verdad, mi niño?
Es el amor
el que me hace actuar sin mesura
ni sentido,
absurdo como un
lunes con alegría.
Por eso volví de nuevo al insomnio,
al temblor en las manos,
al miedo a ser el cobarde de siempre
que no sabe decir lo que piensa.
Pero, ¿sabes?,
hoy me vi hermoso ante el espejo,
mi pelo recién cortado,
mi barba desaliñada,
mi camisa...
Sí, mi niño,
es el amor.
Y me gusta tanto
cuando me arañas la cara
y te ríes mientras observas mi boca.
Me gusta tu sonrisa
tanto como la suya.
Deberías haber visto esa sonrisa, mi niño,
no hay luz más dorada que esa sonrisa.
Me gusta cuando me abrazas,
y balbuceas cosas incomprensibles en mi oído.
Me gusta tanto.
¿Y qué haré, mi niño?
¿Qué haré si no hay números en mi cara?
¿Si no hay viaje?
¿Si no hay besos?
¡Maldita incertidumbre!
Será que mi única certidumbre eres tú,
mi niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario