martes, 16 de febrero de 2016

¿Será este
el lugar donde el musgo
no crece al norte?

Será.

Y aunque la piedra
sea músculo infatigable
que el corazón rodea
y haya lágrimas
que no cesan de golpear
los diques ocultos de mis párpados,
aquí descansaré.

Afinaré
las cuerdas,
templaré los dedos
y contemplaré orgulloso
el hermoso sueño imposible
del que despertar,
nunca quise.

Quizá sea mi piel,
que no aguanta ya
tanta mancha.
Quizá mis oídos,
que ansían
la música
que no encuentran
en el eco de tanto silencio.
Quizá sean
mis piernas,
que se doblan
al recordar el
que supe era
el último abrazo.
Quizá mis labios,
secos
de tantos besos
que se olvidaron dar.

Aquí descansaré,
sabiendo que al mirar al frente
jamás alcanzaré a ver
aquel lejano y
bello horizonte.

Aquí descansaré,
sabiendo que mi alma
se llenará con
la letra escrita
en cada artículo,
con la palabra dicha
en cada disertación,
y el centro mismo
de mi pecho
se inundará de alegría
al saber que
allá lejos
no habrá pensamento
más puro y libre
que el tuyo,
amor mío.

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