jueves, 26 de mayo de 2016

Poner el corazón
en cada trazo,
desmembrar el alma
sin esperar ninguna recompensa.
Ya nada duele más
que las cicatrices
ni nada es más odioso
que este silencio
que el amor aconseja.
Vaciarse en la gran
barrica de roble
donde envejecen delirios
de lágrimas y de belleza.
No hay más orgullo
que saberse vacío
de toda despensa,
nada hay más hermoso
que saber que el Amor,
alguna vez,
alcanzó su meta.





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