Todos mis intentos
son en vano.
Todos mis esfuerzos
por intentar gritar al cielo
caen
una y otra vez
en saco roto.
Nadie percibe
el color nítido de este amor
que ni yo sé
cómo hacerlo visible
desde mis adentros.
¿Cómo decir que este amor
llena con lágrimas de alegría
mi consuelo?
Intento todo,
pero nada puedo.
¿Para qué entonces
tanto dolor?
¿Por qué no se inunda con silencio
mi pecho
y se seca de pronto
el árbol oculto
de mi estómago?
¿Por qué duele tanto el corazón
si ni siquiera sé
si estoy vivo o muerto?
Que la alegría
deje paso a lo que siempre hubo;
negro.
Y me doy cuenta de que
todo este lenguaje es absurdo
si solo yo
entiendo
su significado.
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