y que de regreso,
te contaría la mala tarde que tuve en el trabajo
y que la línea dos volvió a dejarnos tirados
e intentaría tocarte ese acorde imposible
que escuché en aquella canción de Meola
y te enseñaría cómo ramifica el ginkgo
ahora que empezé a abonarlo
y que debería ir pensando
en tirar esa vieja camiseta
y que si no lo hago es porque sé que te gusta
verme con ella
y que tendríamos que ir organizando el viaje a Egipto
y que te quedarías dormida sobre mi pecho,
mientras dibujo historias entre tu pelo
y que al final,
como siempre,
tus ojos me arreglarían el día
y que tu voz
inundaría mi casa
en vez de hacerlo
este jodido
silencio
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