Cuando la balsa
se tambalea
sobre un aceite de
oscuras dudas.
Es,
que el robusto
cepellón de estas raíces,
inunda con savia nueva
los poros de mis pobres ramas.
Es,
que los pies
echan a andar de nuevo
caminos que el olvido
cubrió con densa
maleza intrincada.
Es,
que la oscura oquedad
del mármol helado
queda enterrada bajo
las cenizas
que aquellos ardientes fuegos
provocaran.
Es,
que el poco ego
que se tuvo,
conserva la mucha dignidad
que se mantiene.
Es,
que la balsa,
de nuevo,
se sostiene.
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