Puede que uno acabe por darse cuenta
de que al fin y al cabo,
la soledad
seguirá siendo fiel compañera
en este largo viaje
sin mapas ni destino marcado.
Y aunque siempre seguirá habiendo
luz al final del túnel,
y pechos donde sentirse descansado,
y besos que curen las heridas de golpes recibidos,
y ojos que indiquen el camino cuando se anda vagabundeando.
No habrá más equipaje,
que los propios pies descalzos,
y un caparazón de piel
forjada en profundos rasguños
de penetrantes cuchillos afilados.
Puede que uno,
al final,
acabe por darse cuenta.
“Muevan su cuerpo levemente hacia adelante para apoyar la guitarra contra su pecho, la poesía de la música debe resonar en su corazón.” (Andrés Segovia) "Escribir es defender la soledad en que se está." (María Zambrano)
lunes, 30 de junio de 2014
domingo, 29 de junio de 2014
Mis dedos,
aún persiguen desesperados
aquella barca perdida
tras la fuerte arbolada
de tus cabellos embravecidos.
Y recorren despacio
antiguos caminos olvidados,
que de tu nuca salían
colmando tu espalda
con mañanas de pasto quemado.
Mis dedos,
aún andan sin destino
sobre tus altas montañas sin frío,
cruzando senderos conocidos
que llevaban directos a las fronteras
del hondo volcán de tu ombligo.
Mis dedos,
aún llegan exhaustos a su destino,
y descansan, sin descanso,
dentro de la profunda cueva
de tu delirio.
Y es que
mis dedos,
aún,
consiguen sobrevivir
a tu olvido.
aún persiguen desesperados
aquella barca perdida
tras la fuerte arbolada
de tus cabellos embravecidos.
Y recorren despacio
antiguos caminos olvidados,
que de tu nuca salían
colmando tu espalda
con mañanas de pasto quemado.
Mis dedos,
aún andan sin destino
sobre tus altas montañas sin frío,
cruzando senderos conocidos
que llevaban directos a las fronteras
del hondo volcán de tu ombligo.
Mis dedos,
aún llegan exhaustos a su destino,
y descansan, sin descanso,
dentro de la profunda cueva
de tu delirio.
Y es que
mis dedos,
aún,
consiguen sobrevivir
a tu olvido.
sábado, 21 de junio de 2014
No te abandones,
ahora que ya sabes
que no hay
certeza imposible,
ni mentira que acabe
por rendirte.
No vaciles,
no titubees,
que ya puedes ver a lo lejos
las extensas alamedas,
y sentir el latido
de un pecho cercano
que anda guiando
tu camino
por esas intrincadas veredas.
No desfallezcas,
no te rindas,
que ya vienes
atisbando el día,
y acabarás intuyendo
que todo final
contiene una victoria,
y si no la viste,
es que aún no conseguiste
conquistar aquella ladera.
ahora que ya sabes
que no hay
certeza imposible,
ni mentira que acabe
por rendirte.
No vaciles,
no titubees,
que ya puedes ver a lo lejos
las extensas alamedas,
y sentir el latido
de un pecho cercano
que anda guiando
tu camino
por esas intrincadas veredas.
No desfallezcas,
no te rindas,
que ya vienes
atisbando el día,
y acabarás intuyendo
que todo final
contiene una victoria,
y si no la viste,
es que aún no conseguiste
conquistar aquella ladera.
viernes, 20 de junio de 2014
Gustos
De verdad
que a uno le gustaría.
Pero a pesar de lo mucho
que se intente,
no siempre se anda
a la altura que se debería.
Y eso que a veces,
de verdad
que a uno le gustaría.
que a uno le gustaría.
Pero a pesar de lo mucho
que se intente,
no siempre se anda
a la altura que se debería.
Y eso que a veces,
de verdad
que a uno le gustaría.
sábado, 14 de junio de 2014
En los márgenes
Manteniéndose al margen,
a distancia prudente.
Dejando de observar el mundo
desde las vanidosas
alturas de sí mismo.
Alejado de las fotos
y los flashes.
Sin pretensiones
ni exquisiteces.
Sin más posesiones
que unas manos firmes,
a las que sentirse asido,
y un pecho agotado
con el que ofrecer abrazos.
Y es que,
sabiendo que el univeso entero
cabe entre tus párpados esquivos,
y que no hay mayor gloria
que ser objeto
de tus excasos besos
y tus inagotables descuidos,
¿quién en este mundo,
necesita sentirse reconocido?
Lamentablemente,
en los márgenes,
uno
siempre acaba siendo
pasto de tu olvido.
a distancia prudente.
Dejando de observar el mundo
desde las vanidosas
alturas de sí mismo.
Alejado de las fotos
y los flashes.
Sin pretensiones
ni exquisiteces.
Sin más posesiones
que unas manos firmes,
a las que sentirse asido,
y un pecho agotado
con el que ofrecer abrazos.
Y es que,
sabiendo que el univeso entero
cabe entre tus párpados esquivos,
y que no hay mayor gloria
que ser objeto
de tus excasos besos
y tus inagotables descuidos,
¿quién en este mundo,
necesita sentirse reconocido?
Lamentablemente,
en los márgenes,
uno
siempre acaba siendo
pasto de tu olvido.
viernes, 13 de junio de 2014
martes, 10 de junio de 2014
Lo grande, siempre me vino pequeño,
quizá
porque nunca tuve la osadía
de ofrecerme a la materia como
un todo.
Pocas las veces en que riadas
compusieron la melodía
de mis pasos,
pero sediento como estaba,
en ocasiones me detuve
y en aquellos arroyos
sacié mi sed.
Y nunca conseguí
beber lo necesario,
porque en esos manantiales
jamás encontré la fuente
de tus labios.
Es por eso que descendí,
y aunque siempre hice todo lo que pude
nunca fui suficiente.
Ahora,
vagabundeo desnudo en este desierto de arena
intentando llegar algún día frente a esa ventana
para subir a su alféizar
desde donde jurar y perjurar,
hasta caer muerto,
que jamás volveré a sentirme grano
en aquella playa quemada.
Porque lo grande, siempre me seguirá viniendo pequeño.
quizá
porque nunca tuve la osadía
de ofrecerme a la materia como
un todo.
Pocas las veces en que riadas
compusieron la melodía
de mis pasos,
pero sediento como estaba,
en ocasiones me detuve
y en aquellos arroyos
sacié mi sed.
Y nunca conseguí
beber lo necesario,
porque en esos manantiales
jamás encontré la fuente
de tus labios.
Es por eso que descendí,
y aunque siempre hice todo lo que pude
nunca fui suficiente.
Ahora,
vagabundeo desnudo en este desierto de arena
intentando llegar algún día frente a esa ventana
para subir a su alféizar
desde donde jurar y perjurar,
hasta caer muerto,
que jamás volveré a sentirme grano
en aquella playa quemada.
Porque lo grande, siempre me seguirá viniendo pequeño.
jueves, 5 de junio de 2014
Haikus
1
Hay veces
que las manos tiemblan
de tanta soledad.
2
No siempre que se iluminan
unas ruinas
aparece reflejado un castillo.
3
Como bien es sabido,
en boca cerrada
no entran estupideces.
4
Sólo es necesario esperar
hasta el final de la primavera
para ver enraizar tus leñosos tallos.
4
Sólo es necesario esperar
hasta el final de la primavera
para ver enraizar tus leñosos tallos.
5
Lo peor de la rutina
es que siempre
tuvo mucha paciencia.
6
A veces
mi guitarra llora
porque desearía ser mujer.
6
A veces
mi guitarra llora
porque desearía ser mujer.
7
Pobre y pequeña
se siente la Mar
cuando tú andas cerca de sus orillas.
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